La caza de focas en Canadá se repite cada año a pesar de que cuenta con una fuerte oposición de la opinión pública. Además de las protestas de los grupos ecologistas y de los grupos de defensa de los derechos de los animales, los científicos han advertido que la debilidad del hielo de los últimos años debido al calentamiento global provoca una mayor mortalidad entre los cachorros.
Este 2013, los cazadores canadienses planean matar unas 100.000 focas. El año pasado se mataron unas 69.000, una cantidad baja debido al deshielo en el Golfo de Saint-Laurent, en la costa Atlántica, que dificultó la labor de los cazadores.
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