¿Puede el ser humano matar en breves años millones de ejemplares de una especie hasta aniquilarla al completo? La respuesta es afirmativa.
En el siglo XIX se censaron bandadas de palomas migradoras(Ectopistes migratorius)
de hasta dos millones de ejemplares.Esta ave formaba colonias inmensas
por buena parte de Norteamérica oscureciendo el cielo a su paso,hay
datos que abalan la magnitud de las colonias como los proporcionados por
algún ornitólogo que afirmó haber estado 8 h viendo como pasaba un solo
bando por delante suya, otros afirman que en 1870 se vio una bandada de
2kms de ancho y 500 de largo. Dado su carácter “manso” todo aquel que
quisiera podía coger una sin que ella pusiera oposición,al ser una presa
tan fácil en 1861 se vendieron mas de 14 millones de estas palomas en
mercados de Chicago y Nueva York.En 1850 vendían 18.500 ejemplares
diarios ya que sus plumas eran buenas para almohadas.
Ante este panorama los enormes grupos
fueron decayendo hasta que un día dejaron de verse,cuando quisieron
darse cuenta habían perdido a la especie y cualquier iniciativa ya
supondría una derrota de antemano.Entre las matanzas y la tala de robles
donde anidaban habían desequilibrado totalmente a la especie ya que
requerían de grandes colonias para estimular la reproducción y ya esas
densidades de población que aunque a priori pudieran parecer
desorbitadas eran las óptimas para esa especie no volverían.No podían
lograr que de repente surgieran millones de palomas que restableciesen
el equilibrio ni hacer nada más que llorar los excesos que habían
cometido por brutos y por tocar lo que no conocen.
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