El negocio de la caza furtiva

El marfil del cuerno de un elefante asciende a 1500 euros y el de un rinoceronte a los 40 mil euros, cantidades muy elevadas, lo que ha provocado que muchos animales del continente africano se encuentren en peligro de extinción. Lo más preocupante de esto es que la lacra de la caza furtiva no solo afecta el continente africano, también se practica en el resto de continentes. En España, más concretamente en el espacio natural de Doñana, el pasado 28 de Noviembre fueron sancionados varios vecinos por realizar este acto ilícito, en la operación se han incautado más de 400 cepos y hasta 11 redes ilegales de caza furtiva.
Está comprobado que la población de estos animales es cada vez más pequeña, incluso pueden llegar a estar en peligro de extinción, debido al escaso control que se ejerce en estos lugares sobre la caza furtiva. Según un comunicado del Ministerio de Medio Ambiente, el Gobierno de Botsuana, el destino más demandado para la caza mayor, prohibirá la caza comercial de animales salvajes a partir del año 2014, intentando frenar el descenso de algunas de las especies más atractivas para este negocio. Los parques naturales son cada vez más amenazados y es que actualmente la caza regulada es menos practicada que la caza ilegal.
Las mafias cazan entre 300 y 500 kilos de carne para venderlos en el mercado negro, los aficionados de grandes fortunas cazan elefantes o rinocerontes para lucir sus trofeos de marfil, las empresas del mercado textil compiten en conseguir las mejores pieles, estos son varios de los motivos que condicionan la difícil eliminación de esta antigua costumbre, y es que la frontera entre lo legal y lo ilegal es casi invisible, la caza regulada no es todavía un sistema eficaz para la protección de los animales.
En Octubre de este mismo año, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), declaró extinto el rinoceronte negro de Java de Vietnam y de África, los únicos supervivientes son 50 rinocerontes de Java en Indonesia; además todavía es reciente la desaparición del baiji, también conocido como delfín chino de río, declarado animal extinto en el año 2006. Los rinocerontes, leones y leonas, jirafas, gorilas o elefantes son las especies más amenazadas por este tipo de caza, animales que abundaban, en su inmensa mayoría, en el continente africano y que actualmente están en peligro de extinción o amenazados. Los parques naturales pueden ser una pequeña protección para ellos pero no suficiente, ya que el dinero que consiguen los cazadores por estas especies protegidas moviliza una gran red de mercados. Es probable que en el transcurso de una década algunos de estos ejemplares sean declarados extintos si las cifras de muerte por la caza furtiva no disminuyen. 

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