La Naturaleza no conoce fronteras: sitúa nuevos seres sobre el globo terrestre y contempla el libre juego de las fuerzas que obran sobre ellos. Al que entonces se sobrepone por su esfuerzo y carácter, le concede el supremo derecho a la existencia.
NO a la matanza de delfines
Cada año, en las zonas costeras de las islas Feroe se lleva a cabo la
matanza de miles de delfines por parte de adolescentes que celebran que
han llegado a la edad adulta. La ceremonia tiene lugar en primavera
cuando los delfines calderones se acercan a las costas, y todo el pueblo
se prepara para el “gran día”. Este acto, que se realiza al aire libre y
a la vista de todos, se convierte en una fiesta que deja las aguas
teñidas de rojo, bañadas de sangre. Se argumenta a su favor, como suele
ser habitual, que se trata de una tradición de más de 1.200 años: Lo
cierto es que cada año se matan de esta forma entre 1.000 y 2.500
delfines. Los jóvenes se aprovechan de la confianza que estos magníficos
animales tienen hacia las personas para poder matarlos. Todo un acto de "hombria".
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